El aislamiento actual trae como consecuencia la aparición de dos principales problemas: ansiedad y depresión.
La ansiedad es la respuesta del cuerpo humano ante una situación de peligro, ayuda a mantener el estado de alerta y concentración. Cuando se presenta de manera desproporcionada a lo que se va a enfrentar, entonces constituye un problema de salud mental, que tiene que ser tratado o puede afectar negativamente la vida de las personas. Sus principales síntomas son: irritabilidad, falta de sueño, cansancio, problemas para concentrarse, pulsaciones, sudoración excesiva, profunda preocupación.
Por otra parte, la depresión es un trastorno mental que se caracteriza por la presencia de una profunda tristeza, va acompañada de la pérdida del interés en actividades que antes se realizaban con gusto, falta de sueño o se duerme en exceso, baja autoestima, falta de concentración, en casos extremos conduce al suicidio.
Para ambos trastornos, se recomienda el tratamiento farmacológico, además del seguimiento que debe de realizar un psiquiatra.
Ante la contingencia actual, las condiciones de aislamiento, constante saturación de información, preocupación por la salud de la familia, amigos y la propia, falta de recursos económicos, pérdida del empleo, los inconvenientes en el cambio de las actividades diarias, la separación de los seres queridos, conducen a una serie de trastornos mentales, por lo que es importante mantener el contacto a través de las nuevas tecnologías y líneas de apoyo que se implementaron.