El maestro Margadant es indudablemente uno de los más reconocidos romanistas e historiadores del derecho. Es un maestro cuya incansable labor docente ha dejado su impronta en un gran número de generaciones de alumnos de nuestra Facultad. Su formación interdisciplinaria, carácter cosmopolita y políglota se manifiestan en su bonhomía, y se expresan con esplendor en su labor docente. La Facultad de derecho reconoce la incansable labor docente del maestro Margadant, y en una ceremonia solemne se le otorga el reconocimiento Prima de Leyes Instituta.

En el foro pocas figuras se destacan tanto como la del Juez Baltasar Garzón Real, quien se ha convertido en el paradigma de la impartición de justicia. Su ecuanimidad, imparcialidad, agudeza en la investigación, y sobre todo su valor para afrontar los retos más difíciles, lo ha hecho destacar en el ejercicio de la función jurisdiccional. La Facultad de Derecho reconociendo su gran trayectoria profesional le impone la medalla Isidro Fabela.

Ser maestro es una de las más arduas labores, su responsabilidad está íntimamente vinculada a la dirección, formación y transmisión de los valores universitarios a los educandos y futuros abogados. El día del maestro es la ocasión para reconocer la labor y entrega de quienes dedican su vida o parte de ella a esta actividad, y además para celebrar la antigüedad de aquellos que han contribuido desde las aulas y con sus publicaciones e ideas a la formación de la ciencia jurídica por más de 45, 40, 35, 30, 25, 20, 15 y 10 años.

4. Ceremonia del 50 aniversario de la transformación de la Escuela Nacional de Jurisprudencia en la Facultad de Derecho
ISBN 970-32-0157-1

La Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México está vinculada a la historia de la enseñanza del derecho en nuestro país, y en el continente. La larga tradición a la que pertenece se remonta a la Real y Pontificia Universidad de México, fundada el 21 de septiembre de 1551, aunque su historia como centro de enseñanza del derecho ha estado llena de avatares. En 1868 se volvió a restablecer como Escuela Nacional de Jurisprudencia, la cual había de sufrir constantes huelgas, entre las más importantes están las de: 1929, 1933 y 1934; en tanto que las más importantes transformaciones son las de: 1949, año en el que el Consejo Universitario aprueba el Estatuto del Doctorado en Derecho, lo cual llevó a solicitar que la Escuela adquiriera el carácter de Facultad, lo cual se aprobó el 29 de marzo de 1955, siendo desde entonces la Facultad de Derecho.

El Consejo Técnico de la Facultad de Derecho, decidió otorgar al Doctor Ignacio Berdugo, la “Medalla Isidro Fabela”, que reconoce a quienes, de una manera especialmente comprometida, se han distinguido por la lucha a favor de la justicia y la defensa del derecho. Para conferirla el máximo órgano de la Facultad, tomó en consideración su obra y reconoció en él al universitario ejemplar que conduce a nuestra hermana, la Universidad de Salamanca, con la dignidad que se funda en la inteligencia y la razón.

El 11 de julio de 2001 hubiera cumplido 100 años don Mario de la Cueva, profesor preclaro y un pensador humanista sin igual, por ese motivo la Facultad de Derecho rindió un merecido homenaje a un magnifico profesor y extraordinario jurista, un hombre íntegro que gracias a su ejemplo hizo que la Universidad, haya sido, sea y siga siendo la Casa de la Libertad. Participaron en el homenaje: Víctor Flores Olea, Enrique González Pedrero, Miguel de la Madrid Hurtado, Javier Patiño Camarena y Fernando Serrano Migallón.

El maestro Antonio Martínez Báez es uno de los imprescindibles, sin el cual no puede comprenderse a la Facultad de Derecho, y en especial al posgrado. A lo largo de su vida, se desarrolló como catedrático, como historiador, como gobernante y como hombre de Estado. En cada ocasión supo trascender como hombre de su tiempo, dejando un legado en todas sus actuaciones, en las que el pueblo mexicano encontró su propia concepción del derecho y de la justicia.

Don Antônio Augusto Cançado Trindade como profesor universitario conoce el valor del conocimiento aplicado a la vida en sociedad; como funcionario internacional, durante décadas ha cumplido misiones importantes en distintas comisiones de la Organización de Estados Americanos, siempre en contacto con la promoción y defensa de los Derechos Humanos. Actualmente desde la Presidencia de la Corte Interamericana de derecho Humanos, ha promovido la conciencia de que “los tratados de derechos humanos son instrumentos vivos, que acompañan la evolución de los tiempos y del medio social en que se ejercen los derechos protegidos”.

La Facultad de Derecho y su División de Estudios de Posgrado, reconocen en la memoria de quien fuera el primer doctor en derecho egresado de nuestra Casa. Honramos en él tanto al maestro como al diplomático, al investigador como al ser humano, al hombre sutil y al universitario comprometido. Como maestro difundió el ideario de la política exterior mexicana, formó internacionalistas y diplomáticos, fincando en ellos la confianza en el derecho como único medio para dirimir las controversias entre los Estados, y en el uso de la razón y el diálogo como garantes de la paz.

10. 450 años de Derecho en América
ISBN 970-32-1209-3

La Universidad americana nació mexicana y, con más precisión, nació humanista y abrió su reflexión con los estudios jurídicos. Orgullo sin par del cual podemos hacer gala en nuestra historia civil, militar y política, con una larga y constante tradición universitaria. La Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, rostro contemporáneo de la antigua y célebre Escuela Nacional de Jurisprudencia, es también heredera de la Universidad, primero real y luego también pontificia, que tuvo el acierto de rescatar la memoria histórica de los primeros pueblos de esta tierra, sin cuya acción se habría perdido definitivamente, y de emprender el primer proyecto consciente de mexicanidad del que tengamos memoria.

La historia de la Universidad es la epopeya del género humano en la búsqueda de la verdad, en la comprensión del mundo y en el dominio de su propio espíritu. Si hay un término de que define a la Universidad del tercer milenio, ése es el de compromiso con la sociedad, la ciencia y la cultura, más allá de la eficiencia económica; más allá de la preparación de profesionales aptos para las demandas del mercado. En nuestra nación y en nuestra circunstancia, la Universidad es y seguirá siendo, el mejor instrumento de cambio para una sociedad más libre, más justa y más democrática.

Los mexicanos conocemos mejor nuestro pasado gracias a Friedrich Katz; a través de sus ojos, hemos sabido del desarrollo de nuestra Revolución y de los hombres que construyeron el país que hoy vivimos. Sus investigaciones se suman, en hermandad a la de los propios mexicanos que vemos en la libertad y la justicia el destino de nuestro pueblo. Al traer a la memoria el nombre de Isidro Fabela y al unirlo a la obra y la persona de Friedrich Katz, confirmamos la vigencia de la lucha de Fabela por la igualdad de los Estados, la resolución pacífica de las controversias y del derecho inalienable de las naciones a su existencia y desarrollo.