Raúl CARRANCÁ Y RIVAS**
ON MUCHOS AÑOS los que se requieren para la formación
y hasta transformación del maestro universitario;
es mucho el tiempo para forjarse, para reducir a cultura
el conocimiento disperso, para hacerlo un modo o estilo
de vida. Publio Juvencio Celso dijo: Ius est ars boni
et aequi. Es que el Derecho, lo justo, se identifica
con lo bueno. En consecuencia la injusticia es mala, razón
por la que el Derecho dentro de esta concepción
es una idea superior de profundo contenido axiológico.
Es un valor. La equidad, por su parte, es en Derecho la
propensión a fallar por el sentimiento del deber
o de la conciencia, más que por las prescripciones
rigurosas de la Justicia o por el texto terminante de la
ley. Es decir, siendo una disposición del ánimo
para dar a cada quien lo que se merece, es también
una manifestación de la Justicia natural por oposición
a la mera letra de la ley positiva. En su ética
a Nicómaco, Aristóteles llamó a la
equidad “una rectificación de la ley allí donde
la ley es defectuosa debido a sus generalidades”.
En suma, la ley puede ser defectuosa, la ley es rectificable.
Cicerón solía citar con frecuencia el
siguiente adagio: Summum ius, summa injuria, puesto
que es evidente que el exceso en la aplicación del
derecho positivo conduce al agravio y a la injusticia.
Hay que recordárselo a los que repiten de memoria: Dura
lex, sed lex. La equidad en lo uno y lo otro, es la
regla de oro. Pero me he referido a un modo o estilo de
vida, y la cultura jurídica es esto. Es bondad comprometida
con la acción buena, es equidad comprometida con
la acción equitativa.
*Discurso pronunciado por el Dr. Raúl Carrancá y
Rivas el día 13 de mayo de 2009, en el Aula Alfonso
Caso de la Facultad de Derecho de la UNAM.
**Profesor de la Facultad de Derecho
de la UNAM.