Artículo de: Tomo LVI    •    Número 246    •    México D.F., 2006

 

SEÑAS DE IDENTIDAD*

Fernando Serrano Migallón **

D

on José G. Moreno de Alba, director de la Academia Mexicana de la Lengua; señoras y señores académicos; señoras y señores:
Para acercarme e ingresar por primera vez a esta Casa, ya no como un aspirante o como un invitado, sino como uno más de ustedes, no podría sino recurrir a la que María Zambrano llamó la palabra luminosa de la ofrenda, una de las escasas que en lengua castellana no admite sinónimos sino apenas tímidas aproximaciones, una de las pocas, muy pocas, que tiene traducción a todas las lenguas: Gracias.

Gracias, porque de ustedes he recibido un honor largamente acariciado como una aspiración, y buscado, como diría Teresa de Ávila en un prolongado deseo de conocer y convivir con la lengua que fue la de mis mayores y será la del mañana.

Gracias, porque al invitarme a esta asamblea han extendido para mí el reconocimiento íntimo de una actividad a la que he dedicado tiempo y esfuerzo desde que me fue dado el uso de la razón. Siempre he querido hablar nuestro idioma como un acto de conciencia y de identidad; para ello busco su conocimiento, aunque no haya logrado su dominio; practico su cultivo, sin haber logrado su conquista y me preocupa permanentemente su uso correcto, en un ejercicio constante que se desenvuelve entre el reto y la pasión.

Gracias, en fin, porque si en legítima justicia no corresponde a nadie el juicio de sus propios méritos, y en materia de reconocimientos y de honores interviene con frialdad implacable el misterioso mecanismo de las circunstancias, estoy convencido que son muchos quienes, con más méritos que yo, podrían ocupar mi lugar en este momento; sin embargo, y a pesar de ello, no me siento un usurpador.