Artículo de: Tomo LVI    •    Número 246    •    México D.F., 2006

 

CULTURA DISCURSIVA DE LOS DERECHOS HUMANOS O TERRORISMO DISEMINADO.

Liliana Fort*

Sumario: Introducción. I. Los escenarios del discurso y el terrorismo como consecuencia social de las leyes que nombran con incorrección las cosas del mundo. II. La realidad que vivimos y en la que actuamos. III. La naturaleza del derecho público. IV. Cosmopolis vs. terrorismo diseminado. V. Normas categóricas. Bibliografía.

Introducción

E

ste es un intento de reflexión. Hoy en día es difícil estudiar algún fenómeno desde el punto de vista de la disciplina cerrada, puesto que de esa manera, por ver el árbol, no vemos el bosque.

Gran parte de los problemas que hoy padecemos se han originado en la falta de comunicación y de formación de dignidades, que la civilización universal en el lenguaje suponía. Por ello, para mirar el problema de la violencia generalizada, hoy nombrada unilateralmente “Terrorismo”, comienzo con la teoría del discurso kantiana.

El hombre moderno no supo ver en sus mismos teóricos el valor del discurso significante, ni el de la hermenéutica pedagógica que conserva el sentido de progreso y de tránsito desde el estado de naturaleza hasta el estado civilizado en el derecho sobre un mundo cosmopolita. Nos hemos cerrado en un lenguaje universalmente mecánico sin ver las situaciones en donde son derrotables dichas normas y entender el sentido de las normas permisivas que un buen estadista daría para formar esa ciudadanía universal y cosmopolita. Yo quisiera recordar el papel de la comunicación en la realización del proyecto moderno, para explicar los orígenes y confusiones conceptuales que hoy padecemos ante el llamado terrorismo.

No me cierro en el tema, sino que lo desarrollo en la gran problemática del mundo. Es por ello que analizo el discurso jurídico y lo que puede ser en los dos escenarios lingüísticos que ya Kant nos indica. Hago hincapié en la necesidad de construir los foros adecuados para mirar con transparencia cuáles son las políticas y leyes ridículas, si se trata de formar una civilización jurídica cosmopolita y no caer en la violencia generalizada.