Artículo de: Tomo LVI    •    Número 246    •    México D.F., 2006

 

EL TERRORISMO COMO PERSPECTIVA SIMBÓLICA*

Luigi Bonanate**

Sumario: I. ¿Por qué una vez más? II. El terrorismo domina la vida internacional. III. El terrorismo se manifiesta de acuerdo con un cierto estilo. IV. El gran nudo: terrorismo y guerra. V. ¿Y hoy…? VI. Llamar las cosas por su nombre. VII. ¿El terrorismo “contra” la guerra? VIII. La costumbre democrática occidental.

I. ¿POR QUÉ UNA VEZ MÁS?

L
a tesis que pretendo sostener es que el terrorismo internacional, así como lo conocemos ahora, es un enemigo no sólo de Occidente, sino también (y más aún) de si mismo, y que los daños que está provocando en el tejido político-social en el mundo actual tendrán consecuencias simbólicas inmensas en nuestro futuro próximo. El terrorismo contemporáneo es un conjunto de fenómenos que no se limita ni a las astillas del fundamentalismo islámico ni a los programas de purificación planetaria del gobierno estadounidense. Es uno de los problemas comunes de la humanidad, tras haberlo ya sido en el tiempo y en el espacio, si bien en dimensiones más reducidas. Se convirtió en uno de los modos de la política, tal vez en expresión de la crisis de esta última, y no debería ser entendido como la expresión de la confrontación de un mundo contra otro; sería demasiado simple. Se trata, más bien, de una nueva condición existencial de la cual no podrán liberarse nuestras generaciones. Lo peor es que -estando destinado por naturaleza a su derrota- el terrorismo contemporáneo arrastrará consigo a todos aquellos que lo habrán adoptado, adorado (algunas veces), y aprovechado de manera oportunista (otras veces). Mi intención es, por lo tanto, discutir preguntas tales como: ¿es el terrorismo el más grande problema del siglo XXI? ¿El terrorismo es una amenaza o un peligro? En el primer caso hablaremos de política, en el segundo de sociedad; en el primero de inseguridad (internacional), en el segundo de incertidumbre (universal), al grado de provocar que algunos sostengan que hoy vivimos en la dimensión existencial del riesgo. En el primer caso, estaremos frente a algo subjetivamente determinado; en el segundo frente a un dato subjetivo y, por lo tanto, simplemente involuntario. Y más aún, ¿por qué y cómo logró el terrorismo convertirse en algo tan importante como para convertirse no sólo en el protagonista de la escena internacional -el máximo problema de las relaciones internacionales, sustituyendo al papel que jugaron en el pasado las guerras y la amenaza del holocausto nuclear- sino incluso en un enemigo invencible, capaz de poner de rodillas a las ricas, expertas y complejas sociedades occidentales?